viernes, 5 de diciembre de 2008

El aparejo en esquina belga...

Cordiales saludos aburridos seguidores. Esta vez os voy a hablar de un tema que por experiencia toda la gente cercana a mí puede reconocer que se me da muy bien, la "intromisión involuntaria inocente" o más comunmente conocida como "metedura de pata".
En mi primer año de universidad, en aquella época en la que pensabas que aún quedaban muchos años más por delante y que no te tenías por qué agobiar por cualquier asignatura, porque ya la aprobaría al año siquiente (mentira cochina, que llevo repitiendo alguna cinco añitos), se nos presentó al profesor de una de estas asignaturas: "Johnny English" (le llamaremos así para guardar su privacidad y evitar posibles denuncias que me llevarían a tener que escribir el blog con mi posible compañero de celda "Juani el Fleki" o "El Cachulo").
Este profesor parecía muy buen tío, de esos que cuando vés te inspira confianza y piensas: "esta asignatura me la saco con la gorra", pero como suele pasar ésto es sólo la primera impresión, a partir de ahi todo son complicaciones y examenes complicados.
Mi historia tiene lugar en el examen de Septiembre de ese año; llevaba toda una semana encerrado estudiandome la asignatura y me sabia el temario ya al pie de la letra, tanto que hasta el mismo día anterior al examen me fui al cine para celebrarlo.
Al llegar al examen nos dimos cuenta de lo que realmente es un examen de recuperación en Septiembre: una tapadera para aprobar a aquellos que tuvieron que suspender en Junio, ya que la complejidad del examen en comparación con el tiempo es exagerada; aun así, había hecho el examen lo mejor posible, aunque tenía un cabreo enorme por alguna de las preguntas del mismo y al salir de clase, mis compañeros y yo seguimos la rutina de ir a maldecir al profesor a cualquier parte, entrando en el servicio y orinando a la vez que gritabamos: "vaya mierda de examen, asi no aprueba ni dios", con tanta rabia que hasta acabé pegándole patadas a la pared mientras decía: "me cago en el puto aparejo belga y en el puto profesor, quien cojones iba a saber esa pregunta" (usando mi más educado lenguaje), cuando me di cuenta de que justo estaba entrando el profesor por la puerta, mirándome con cara sonriente y saludándome... imagináos que cara de idiota se me pudo quedar.
Como era de esperar, por más que recé para que aquel profesor no supiera mi nombre, mi examen estaba razonablemente suspenso, con lo que os aconsejo que si alguna vez salís de algún lugar cabreados con alguien, no insulteis al pobre hombre, símplemente pinchadle las ruedas del coche.

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