jueves, 20 de noviembre de 2008

Cervecita...

Esta es una curiosa historia en la que me econtraba con un amigo y su primo en casa de un irritante y peculiar personaje en una de esas aburridas tardes de futbol donde se beben cervezas para intentar animar el ambiente.
Las horas previas al partido de nuestro equipo iban pasando y el alcohol iba haciendo efecto poco a poco en nuestro organismo, hasta el punto en que cada uno andaba por su lado en la casa.
Mi amigo y yo, que seguíamos tirados en el sofá, presenciamos un golazo en la televisión, el cual nos dió la victoria en aquel partido, y con la euforia del momento decidimos celebrarlo de forma única.
Al principio sólo nos reíamos de imaginarnos lo que nos disponíamos a hacer, primero yo me negué, luego el pensó que no debíamos hacerlo pero al final caímos en la cuenta de que podría ser una historia que recordaríamos toda nuestra vida, y de hecho, así fue...
El personaje irritante se había dejado la cerveza a medias en la mesa del salón y con tremendas carjadas entramos en el baño alternandonos para hacer nuestra pequeña aportación a esta cerveza (no hay nada más divertido que "mear" en un vaso sabiendo su paradero). En fin, una vez realizado el trabajo, con la cerveza ligeramente rellenada y el estomago dolorido por el descojono, nos encontrabamos exactamente en la misma posición en la que nuestro personaje nos había dejado; sin pensarselo y tampoco prestando atención a nuestras risas, este peculiar homosapien le dió un tremendo trago a su vaso, nos miró y observo: "esta cerveza se me ha quedado calentorra". Como podeis imaginar mi amigo y yo que intentabamos aguantar el tipo no podíamos más cuando su primo (que durante la historia estuvo en el balcón de la casa haciendo dios sabe qué) tomó la iniciativa y anunció: dejame que yo me termine esa cerveza que me quede sin la mía y amí no me importa bebermela caliente.
Despues de presenciar aquel panorama y ver como el primo se bebía hasta la última gota, ninguno de nosotros dos estuvimos orgullosos de lo ocurrido... pero como ya estaba previsto, es una historia que la recordaremos entre risas durante toda nuestra vida.

1 comentario:

Ismael Peralta dijo...

CABRONESSS no vuevlo a beber cerveza en tu casa tiparraco!! eso si, pasaros por mi blog: www.conmuchalecheymuchoazucar.blogspot.com