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Para dar comienzo a este blog de anécdotas, quiero empezar por un episodio personal bastante vergonzoso y sin duda el preferido por todos mis conocidos.
Sería el año 1991 o 92 aproximadamente, año del cual tengo vagos recuerdos de todo aquello debido a ser un moco de 6 o 7 años.
De pequeño me crié en una barriada malagueña llamada "Esperanto", un barrio normal próximo a barrios un poco conflictivos, lo que hacía que tuviera algun que otro problemilla en el colegio público al que acudía "Colegio San José de Calasanz".
En este colegio pasé los mejores años académicos de mi vida (ya sé que suena a tópico) donde sería el chico favorito de la profesora con todas sus consecuencias: alagos familiares y rechazo de la mayoría de los compañeros de clase de E.G.B.
Una vez situados en mi entorno de aquella época ya estais preparados para entender el grueso de la anécdota.
Como en todos los colegios, una vez al año se celebraba una fiesta de disfraces en la que todos ibamos a clase vestidos de personajes variados (entre mis preferidos "spiderman" y "pirata"), y así pasabamos un buen rato corriendo, riendo y fastidiando a las niñas.
Una mañana mi querida madre me despertó para darme la buena noticia: "¡Hoy toca fiesta de disfraces en tu colegio!", con lo que despertando de un salto con la emoción nos pusimos manos a la obra con mi disfraz: un alegre y risueño payaso.
Como cabe esperar, fui contentísimo de la mano de mi madre hasta la puerta del colegio como cualquier otro día, con la misma rutina de llegar 10 minutos después de que tocase el timbre y se llevase a todos los alumnos a clase. Me despedí de mi madre y caminé por el solitario patio en dirección a mi clase, arrastrando los anchos pantalones de payaso y rascandome la nariz por el escozor de la pintura.
Al llegar a clase fue cuando me di cuenta de que a partir de ahí cambiaría mi vida: tras llamar a la puerta y entrar, me percato de que ni un solo niño se había disfrazado para asistir a clase, ¡mi madre se había adelantado un día a la fiesta del colegio!... Imaginad el panorama: el empollón de clase que llega cuando todos estan sentados y atentos vestido nada mas y nada menos que de payaso un día cualquiera.
Lo único que recuerdo fueron las tremendisimas y comprensibles risas de mis compañeros de clase.
Ha pasado tanto tiempo que nadie de mi familia es capaz de recordarlo, ellos dicen que fue un sueño y que mi madre nunca se equivocaría en algo así, pero al que le pasa algo así creedme que no lo olvida.
3 comentarios:
jajajajajajajajajjajaja
pobre pequeñooooo; ahora entiendo por que lloras x las noches...
Deberías repetir la azaña y aparecer un dia en la uni vestido de payasete,harás nuevos amigos! ;)
besitooooos, ISa
Oye, ya me puedes estar mencionando en tu blog q yo viví también años en esa barriada ;)
jojojo! Nunca había escuchado nada igual...
Animo y sigue asi con el blog, el inicio no está nada mal xD.
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